jueves, 11 de agosto de 2011

Aversión.

Pensar en la aversión es pensar inmediatamente en alguien o algo que nos repulsa, nos produce malestar incluso en extremo asco. Somos seres de grandes pulsiones, o conmigo o contra mí, manejar la aversión es uno de los grandes retos en nuestro mapa emocional, cuando llegamos a este punto es como acercarnos a un abismo e intentar seguir sin caernos, porque el paso más difícil es aceptarlo, trabajarlo y sobre todo reconocerlo, negamos tener aversión lo matizamos con adjetivos leves, me molesta, me inquieta, me desagrada, me disgusta, pero reconocer la pasión de la aversión eso son palabras mayores.
Junto con la ofuscación, la avidez si unimos la aversión configuran el trío más dañino y perturbador de la mente, una zona oscura llena de vacío y miedo. Que nos lleva a ser conscientes de sentir aversión, solamente cuando hemos entendido que las emociones nos invaden por oleadas, igual que vienen se van, pero el que se vayan no significa que desaparezcan simplemente se retiran para volver con más fuerza, por eso conocer su mecanismo nos hace entender y poder enmendarlo.
No todo nos puede gustar, no todo nos complace, no todo nos atrae, pero sabiendo medir la intensidad de lo que sentimos hacia ello podemos comprender el porque de la aversión, puede producirnos cólera, odio, rencor a fin de cuentas nos ponzoña la mente y lo peor de todo no nos deja valorar, amar, agradecer lo que si nos gusta, complace y nos gratifica.
La aversión nos daña oponiéndonos a lo que no queremos lo atraemos una y mil veces hasta contaminar nuestros pensamientos de rencor y de negatividad.
Que hacer para evitarla, simplemente entendiendo que siempre va a haber algo que nos produzca rechazo y encontrar los mecanismos desde nuestra posición para manejarlos y asimilarlos. No dejes que lo desagradable perturbe tu mente y dejes de ver todo lo que te produce gran satisfacción o pequeña eso da igual. Alimenta tu alma buscando reductos para canalizar lo molesto, irritante y no te centres en lo nefasto de un mundo lleno no solo de cosas desagradables sino de personas que cuanto más lejos mejor.

5 comentarios:

  1. Creo que el principal problema es que consideramos a la aversión como justa, pues lo malo es lo otro, y eso nos hace aferrarnos a la aversión, alimentarla y darle crecimiento hasta volver a sentir miedo. Aceptar la maldad de la aversión es aprender a perdonar.
    b G s

    ResponderEliminar
  2. que profunda te encuentro amiga
    lo malo de lo negativo es que siempre te come poco a poco lo positivo y entonces es cuando la aversion se estanca en nosotros
    aun que tampoco ayudamos nosostros mucho con nuestros actos a lo positivo
    un beso AC

    ResponderEliminar
  3. Jinquer, aprender a perdonar, otra entrada que da para mucho.

    Hawai me encuentras profunda, no se... cuando en la balanza se inclina más el lado negativo hay que vaciarla y empezar a llenar el positivo, más que nada, por la salud mental.

    Besos para los dos.

    ResponderEliminar
  4. al final da igual hacia donde inclines la balanza ...estamos todos algo locos jajajaja
    un beso

    ResponderEliminar
  5. Hola!bueno que temita...y yo creo somos humanos y es perfectamente normal que no todo nos agrade.Hay un dicho que si algo de El ser humano que ama a todo el mundo,y que no le molesta nada;es porque en realidad se odia a el mismo y no sabe detectar la basura porque él es basura..o algo así ja.Sí es medio fuerte y mala onda ja pero si bien creo que lo escribí mal supongo que captas la idea.En un mundo con tantas cosas malas y buenas si podes diferenciarlas entonces sos parte del problema.
    Yo soy como vos prácticamente no odio a nadie,pero si hay cosas que me molestan pero trato de buscarle el porque y sí puede haber solcuiones las intento y listo,enfocar mis energías en cosas buenas.
    En fin que tengas un excelente fin de semana.Cuidaté,Saludos!.

    ResponderEliminar